viernes, 17 de diciembre de 2010

RATATOUILLE - Lee cómo se hizo.

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Dirección: Brad Bird.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 110 min.
Género: Animación, comedia.
Doblaje original/español: Patton Oswalt/Guillermo Romero (Remy), Ian Holm/Carlos Isbert (Skinner), Lou Romano/Fernando Cabrera (Linguini), Brian Dennehy/Juan Amador Pulido (Django), Peter O'Toole/Luis Mas (Ego), Brad Garrett/Héctor Cantolla (Gusteau), Janeane Garofalo/Inés Blázquez (Colette), Will Arnett/Jesús Carrasco (Horst), Julius Callahan/Álvaro Navarro (Lalo), James Remar/Abraham Aguilar (Larousse).
Guión: Brad Bird; basado en un argumento de Jan Pinkava, Jim Capobianco y Brad Bird.
Producción: Brad Lewis.
Producción ejecutiva: John Lasseter y Andrew Stanton.
Música: Michael Giacchino.
Montaje: Darren Holmes.
Estreno en USA: 29 Junio 2007.
Estreno en España: 3 Agosto 2007.

SINOPSIS

Remy sueña con convertirse en un gran chef francés a pesar de la oposición de su familia y del problema evidente que supone ser una rata en una profesión que detesta a los roedores. El destino lleva a Remy a las alcantarillas de París, pero su situación no podría ser mejor, ya que se encuentra justo debajo de un restaurante que se ha hecho famoso gracias a Auguste Gusteau, una estrella de la cuisine. A pesar del peligro que representa ser un visitante poco común (y, desde luego, nada deseado) en los fogones de un exquisito restaurante francés, la pasión de Remy por la cocina pone patas arriba el mundo culinario parisino.

TRAILER



CÓMO SE HIZO "RATATOUILLE"

1. El proyecto

En muchas ocasiones, Pixar ha transportado al público a un mundo de aventuras totalmente original poblado de los personajes más asombrosos e inolvidables del cine. Desde juguetes que toman vida (“Toy Story [Toy Story. Juguetes]” y “Toy Story 2 [Toy Story 2. Los Juguetes vuelven a la carga]”), a un grupo de monstruos aterrorizados por una niña que se adentra en su mundo (“Monsters Inc. [Monstruos S.A.]”), pasando por un pez diminuto perdido en el inmenso océano (“Finding Nemo [Buscando a Nemo]”), superhéroes intentando vivir en la periferia de la ciudad (“The Incredibles [Los Increíbles]”), hasta un coche de carreras perdido en la Ruta 66 (“Cars”), este estudio de animación de última generación nos ha hecho disfrutar con unas fantásticas historias que cautivan la vista y el corazón. Este verano, con RATATOUILLE (Ra.ta.tui), esa tradición narradora se atreve a dar un paso de gigante y nos presenta una historia divertidísima que raya en lo inverosímil que además está repleta de acción. La película cuenta la historia de una jovencísima rata llamada Remy dispuesta a abandonar su antigua vida -que consiste en rebuscar en la basura algo comestible- y dedicarse a la cocina. Esto le lleva a un mundo en el que puede dar rienda suelta a su talento pero que al mismo tiempo encierra peligros de todo tipo, una circunstancia que da lugar a todo tipo de situaciones caóticas y de lo más cómicas que además están salpicadas de personajes absolutamente extravagantes. Remy aprovecha la única oportunidad que tiene y aterriza en la cocina de un restaurante de cinco estrellas que tiene problemas. Allí hará amistad con el pinche del restaurante y juntos diseñarán un inteligente plan que pone los pelos de punta -literalmente- y que permitirá que dos infelices hagan realidad el sueño de su vida.

Entre peligros y situaciones rocambolescas, la película también aborda temas universales como son los lazos de amistad y la lealtad; la batalla que libramos todos contra lo que espera de nosotros la familia y lo que queremos ser en realidad; y sobre todo, la importancia de ser fiel a uno mismo, incluso cuando te conviertes en alguien que nadie imaginaba.

Brad Bird, el director de la película afirma: "Creo que todos tenemos sueños imposibles y que hacemos lo que podemos para hacerlos realidad. Pero el sueño de Remy es sin lugar a dudas el más descabellado de todos”.

John Lasseter, consejero delegado creativo de Walt Disney y de Pixar Animation Studios, galardonado con dos premios de la Academia® al Mejor Director, afirma: “A Brad Bird le fascina la idea de tener una pasión creativa y luchar por ella contra todo y contra todos. Y lo demuestra creando una película fantástica muy divertida con un planteamiento original y un mensaje muy emotivo. Esta película destila profundidad, complejidad y humor como no se ha visto hasta ahora en ninguna cinta de Pixar”.

Para Bird, RATATOUILLE (Ra.ta.tui) era una oportunidad de poner en escena una especie de comedia física tipo Buster Keaton o Max Sennett, repleta de destellos, saltos, persecuciones y giros inesperados — pero que también esta imbuida con el espíritu de personajes con personalidades muy fuertes que luchan a brazo partido con la adversidad.

La historia, una mezcla muy original de ingenio, acrobacias, un ritmo endiablado y grandes y profundas emociones fue un maravilloso reto para Bird, que debutó en Pixar con “The Incredibles [Los Increíbles]”, premiada por la Academia y que es una película de animación increíblemente compleja y emotiva, y que estuvo en muchos Top Ten, junto con sus primos en la película de acción real, y que acabó con las barreras que existían entre las dos versiones.

“Estaba muy intrigado por las posibilidades que ofrecía RATATOUILLE (Ra.ta.tui)”, afirma Bird. “La historia cuenta con un héroe maravilloso y muy interesante llamado Remy. Remy está decidido a hacer lo que le gusta y para conseguirlo tiene que adentrarse en un mundo que siente una enorme hostilidad contra él. El quiere expresarse pero el mundo no espera eso de él, y estoy convencido de que mucha gente se identifica con esa sensación”, afirma Bird. “La pregunta está en saber lo inteligente y audaz que deberá ser este pequeño ser para conseguir lo que más quiere en el mundo y lo qué descubrirá durante el camino. La historia se enmarca en ese tipo de comedia física intemporal que se entiende en todas las lenguas y culturas, pero que hemos sazonado con un enfoque muy original”.

A Bird le fascinaba poder dotar a la película de giros y cambios descabellados, que van del suspense más terrorífico a la comedia desternillante, de navegar por las aguas bravas de la intrincada red de alcantarillas de París a la olla a presión que es un restaurante que sirve la cena con un crítico gastronómico a bordo. “Una de las cualidades de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) es que nunca se sabe lo que va a suceder”, afirma Bird.

“Si hemos hecho bien nuestro trabajo, cuando creas que hay que ir por la izquierda, irán por la derecha y viceversa. Y espero que no sólo provoque la risa sino que también llegue al corazón”.

La magia de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) empieza con el encanto que destilan sus personajes, desarrollados por Bird y Jan Pinkava, que concibió la historia de la película y cuyos personajes entran en el panteón de Pixar gracias a su expresividad y a su fuerza. Y en el centro de esta atractiva y emotiva historia nos encontramos con las numerosas y variadas relaciones de Remy, entre los que se encuentra el cariñoso pero desconcertado padre que no entiende el camino que ha elegido; con el fantasma del legendario chef francés que ha idolatrado durante toda su vida, a pesar de pertenecer a especies diferentes, y sobre todo con Linguini, con quien traba una amistad bastante extraña y simbiótica basada en la misma desesperación pero que se convertirá en una alianza que cambiará la vida de ambos.

A pesar de que los roedores han hecho una brillante carrera en el mundo de la animación, desde el mismísmo Mickey Mouse, las ratas suelen hacer de malos y en muy escasas ocasiones hacen el papel de héroes. Pero Remy se las arregla para romper con todos los tabúes y hacerse casi invisible dentro de la cocina, escapando por los pelos, mientras crea platos que se convierten en éxitos arrolladores. Demuestra su valor al utilizar una de las cualidades más humanas y maravillosas de su especie: su capacidad de adentrarse en un mundo mucho más grande que ellos sirviéndose de los métodos más imaginativos, que incluyen formar equipo con Linguini que causará estragos en la cocina.

Para Brad Bird, las numerosas barreras que se alzan entre Remy y el éxito y que van de las expectativas que tiene su familia a la visita inminente del inspector de sanidad- hacen que el argumento de la historia sea mucho más emocionante y humorístico. “Cuando cuentas con un protagonista que tiene que superar obstáculos de esta envergadura, los animadores se frotan las manos. Es un mundo lleno de posibilidades dramáticas y humorísticas", afirma el director. “Siempre me han gustado las historias que aprovechan al máximo las posibilidades del personaje, pero este caso rebasa todo lo conocido”.

Y tiene toda la razón, ya que con su endiablado ritmo cómico, sus descabelladas locuras y su maravilloso colorido, RATATOUILLE (Ra.ta.tui) nos ofrece una riqueza visual inédita hasta ahora en una película animada por ordenador, que supera todo tipo de escollos técnicos y marca un hito en la realización de películas de animación. Una de las cualidades más llamativas de la película es su maravillosa recreación de un París mágico. Y además está la comida.

Y no cualquier comida, sino los platos de alta cocina más deliciosos, más apetecibles y mejor presentados que se puedan imaginar. Todos estos ingredientes sumergen al público en un mundo de delicias visuales absolutamente sublimes que nunca se habían abordado en la animación por ordenador y contribuyen a crear un universo tan auténtico que el público casi llega a creerse que una rata puede convertirse en un chef.

Sin embargo, los logros tecnológicos de la película siempre están al servicio de un cuento cada vez más audaz y desternillante que ensalza los retos que conlleva ser leal con los amigos, con la familia y buscar la felicidad en la vida. John Lasseter declara: “Son unos personajes tan encantadores y con unos sentimientos tan sinceros y creíbles que a veces nos olvidamos que son fruto de la tecnología. Y eso se debe a que la historia engancha desde el principio”.

El productor Brad Lewis está convencido que Brad Bird era el hombre perfecto para llevar a cabo una misión que consistía en superar los límites de la comedia animada en nombre de una narración innovadora, sobre todo porque, al igual que Remy, cree firmemente que nada es imposible. “Brad Bird es un hombre tan apasionado y tan entregado como Remy en la película", afirma Lewis. “Nunca he visto a nadie tan obsesionado con la que hace que una película funcione a nivel creativo y emotivo. Tiene una extraña intuición que le permite hacer que las cosas parezcan más naturales, más divertidas o un poco más auténticas. Y es un verdadero genio de la comedia de acción”.

Bird espera que la película transporte al público a un mundo en el que pueden relajarse completamente pero en el que se identifican con las aspiraciones de Remy que intenta desesperadamente salvarse a sí mismo y a sus nuevos amigos del Restaurante Gusteau's. Bird lo resume así: “Si logras que el público crea en algo que es absolutamente inverosímil, entonces habrás comprendido la verdadera magia del cine”.

2. Los personajes cobran vida

Al igual que sucede en todas las películas de Pixar, el alma de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) se esconde en los personajes que ya sean homo sapiens o genus rattus, aportan sus personalidades únicas, sus rarezas y sus pasiones a la historia. Sus visicitudes vitales y sus dilemas maravillosamente familiares, que van de conflictos familiares a problemas de trabajo pasando por la lealtad con los amigos, son el resultado de un trabajo artístico conjunto que empieza con un reparto de voces inolvidable y continúa con una animación de última generación, repleta de talento artístico. Con todo esto se consiguen personajes humanos y animales que destacan por su creatividad dentro del mundo de las imágenes creadas por ordenador. Todo empieza con Remy, que a pesar de ser una rata, se comporta como un inesperado héroe. Detrás de sus bigotes, su rabo y sus orejas puntiagudas se esconden ambiciones y sueños con los que todos nos podemos identificar. “Lo que me gusta del personaje de Remy es que no se conforma con cualquier cosa", añade Bird. “Siempre oteando el horizonte en búsqueda de nuevas experiencias. Y como es lógico, es la rata más delgada del mundo, ya que sólo se conforma con lo mejor de lo mejor. Siempre está pidiéndole más a la vida, y esa idea me fascina”. Patton Owalt, que presta su voz en la versión inglesa afirma: “Remy es como uno de esos tipos que son visceralmente apasionados y que no se avergüenzan de serlo. Su entusiasmo es contagioso y no tiene la intención de tirar la toalla. Decide poner toda la carne en el asado para que sus sueños se hagan realidad. A este diminuto personaje le espera un largo y difícil camino".

Y añade: “Brad es un fanático de la animación. Incluso más que yo. Tiene todo el universo de la película en su cabeza y es tan creativo que siempre está dispuesto a darte ese tipo de consejos que convierten una frase o un diálogo en algo grande". “Soy un gran aficionado a la comida y toda la gente de la película es como yo, así que fue muy divertido. En esta película, la comida conforma el más maravilloso paisaje gracias al arte con que está hecha. Pixar siempre está experimentado con cosas nuevas en sus películas animadas y eso me encanta”.

Cuando llegó el momento de crear los rasgos de Remy, Bird quiso darle toda la expresividad que pueda tener un roedor. “Las articulaciones faciales de los personajes son cada vez mejores y al final contábamos con 160 controles individuales para reproducir las expresiones en la cara de Remy", explica Bird.

“Es como tener más teclas en un teclado, y te ofrece muchas más posibilidades. Pero uno de los mayores retos con el que nos encontramos es que la cara de una rata no se puede filmar bien desde todos los ángulos. Las ratas tienen un morro tan alargado que la boca casi no se ve, sobre todo cuando el ángulo de la cabeza de Remy está muy inclinado. Así que trabajamos bastante en esto, para que el público supiera siempre lo que está diciendo”.

Los sueños de Remy no tenían muchas posibilidades de hacerse realidad hasta que conoció a Linguini, el pinche del Gusteau's que descubre el talento de la rata que cambiará para siempre su destino. A pesar de que empiezan siendo compañeros de penas, Linguini necesita desesperadamente conservar este trabajo y Remy espera poder trabajar en un restaurante de verdad. Así que poco a poco Remy y Linguini se hacen inseparables y aprenden a contar el uno con el otro.

Oswalt afirma: "Linguini es el único ser humano en el que Remy puede confiar y traban una amistad muy divertida y realmente original. Linguini es tan encantador que estás deseando echarle una mano”.

En algunas de las escenas más divertidas de la película, Linguini deja que Remy controle literalmente sus intentos de cocinar. Bird lo explica: “A Linguini le gusta pasar desapercibido y gracias a Remy todos se fijan en él. Es un buen ejemplo de ese tipo de personas que no creen tener nada especial pero que cuando llegan los malos momentos se dan cuenta de que sí que son especiales y que son capaces de superar cualquier cosa”. Brian Green, el supervisor del personaje, confiesa que tenía otro personaje contemporáneo en la recámara de su mente en relación a Linguini – “pensé en Napoleón Dinamita; es conmovedor, es divertido y es alguien con quien no puedes evitar encariñarte", afirma.

David DeVan, director de animación, afirma: “Fue muy divertido animar a Linguini porque tiene esa capacidad de asombro tan fantástica. Lo mira todo como si lo viese por primera vez”. Otro de los retos de los realizadores fue el pelo de Linguini, que no sólo es una de las claves de su personaje, sino que además se convierte en una especie de “joystick” con el que Remy controla sus fantásticos movimientos a la hora de cocinar. “El pelo de Linguini es indomable, al igual que él” añade el supervisor de accesorios Sanjay Bakshi: “Tiene un estilo que nunca habíamos hecho antes”.

Lou Romano, que prestó su voz al personaje de Linguini en la versión inglesa afirma: “No hay duda de que Linguini es muy inseguro y es como un pez fuera del agua cuando está en la cocina, así que recordé mis propias experiencias y lo que se siente cuando te sientes un extraño”.

Muy al contrario, quién está totalmente en su elemento en la cocina es Auguste Gusteau, el legendario chef y máximo ídolo de Remy y que se le aparece para inspirarle. Al hablar de Gusteau, Brad Bird afirma: "Fue lo más del mundo de la cocina y rebosa autoridad y pasión. Es el mentor o la conciencia de Remy, como un Jiminy Cricket o un Obi Wan Kenobi, que le empuja a ser más valiente y más inventivo”.

El personaje exigía toques tecnológicos muy especiales. "Tuvimos que crear un montaje especial para él porque está tan gordo que se desparrama por todas partes. Es muy flexible y es producto de la imaginación de Remy, así que puede volar. Sin lugar a dudas es un personaje absolutamente único”, dice Brian Green.

Los realizadores también se divirtieron mucho diseñando el personaje de Skinner, que mide 1,10 m. “El reto que planteaba Skinner era su expresividad, sus enormes labios y la forma en la que mueve el cuello", dice Green. “Es muy dinámico”.

Ian Hom presta su voz a este personaje y dice riendo: "No creo que se parezca a mí. Tiene unos ojos muy grandes, un bigotito muy fino y se peina los cuatro pelos que tiene para no parecer calvo. Es un tipo bastante feo. Es bastante chocante poner la voz a un personaje con éste”.

En el caso del personaje de Django, el padre de Remy que no entiende por qué su hijo quiere pertenecer a un mundo que no le acepta, el director afirma: “Django representa toda esa sabiduría del Viejo Mundo, cuando las ratas y los humanos no se mezclaban”.

En el caso de Collette, una de las cocineras que lucha para sacar a flote el restaurante Gusteau's, Bird afirma: “Colette es una chef mujer en un mundo mayoritariamente masculino, así que se pone un caparazón para que no la hagan daño, pero debajo se esconde una personalidad conmovedora. “Queríamos que tuviera un pelo que llamara mucho la atención", dice Green. “Es muy francesa y tiene un estilo muy elegante. Pensé en ella como en una flor que todavía no ha florecido, y se puede apreciar como va creciendo a medida que avanza la historia”.

A Peter O'Toole, que presta su voz al personaje de Mr. Ego, le encantó los poderes supremos de este personaje que encarna un despiadado crítico gastronómico. “Su opinión puede encumbrar o hundir en la miseria a cualquier restaurante”, dice O’Toole. “Si él dice 'El pudding de Yorkshire es magnífico, sigues en el negocio, pero si dice 'La sopa de almejas de Nueva Inglaterra es horrorosa, estás fuera de juego”.

Sin embargo, O’Toole sentía mucha simpatía por Mr. Ego. “Lo que le salva es su pasión por la gastronomía", afirma. “Perdona cualquier crítica si critica algo que se ama”.

En la versión inglesa, Peter Sohn, un artista y animador de Pixar presta su voz a Emile, el hermano de Remy, una rata comilona y con sobrepeso que prueba todos los platos que hace su hermano. “Emile es un tipo muy relajado", dice Sohn. “Es capaz de comerse cualquier cosa, así que él y Remy, que tiene un gusto muy particular, ponen en marcha una dinámica muy divertida. Pero además, Emile siempre está cuando Remy lo necesita. Su filosofía se resume en la frase: 'Al final no puedes luchar contra lo que eres”.

En RATATOUILLE, John Ratzenberger pone su voz al camarero Mustafa, al que describe como a alguien "que siempre está al borde del infarto. Es muy agradable con sus clientes, pero en cuanto cruza la puerta de la cocina, no deja de protestar porque los platos no están listos inmediatamente, o porque la sopa no está bastante caliente, etc.”

Después de grabar las voces, los animadores se enfrentaron a un reto que no habían previsto: animar personajes que hablan con acento francés lo que se significa que sus bocas tenían que moverse de manera muy diferente y totalmente nueva. “Cuando alguien habla con acento francés, la boca se mueve de forma diferente", afirma Mark Walsh, supervisor de animación. “Tuvimos que encontrar la forma de reproducir esta particularidad, no sólo para las voces, sino para que los gestos y los ademanes parecieran creíbles”.

Y para inspirarse, los animadores se dedicaron a observar a los franceses comportándose como franceses. “Llegamos a ver películas francesas clásicas y para recrear algunos de los personajes nos basamos en grandes actores franceses", afirma Brian Green. Las caras de estos iconos franceses fueron las de Brigitte Bardot, Serge Gainsbourg e incluso Charles de Gaulle les sirvió de inspiración para algunos personajes.

Brad Bird resume la interacción que se produjo entre las voces de los actores y los animadores: "¡Las situaciones de la historia y las magníficas interpretaciones vocales de los actores fueron como un afrodisíaco para los animadores!”

3. Crear las ratas

Gracias al variado y numeroso grupo de personajes y situaciones, RATATOUILLE (Ra.ta.tui) se convirtió en una fuente inagotable de inspiración y contribuyó a que los realizadores se atrevieran con verdaderas proezas tecnológicas. Tal y como afirma Michael Fong, director técnico de supervisión: "Esta película presentaba un sinfín de desafíos técnicos, empezando por la multitud de personajes peludos, unos personajes humanos muy complejos, escenas muy intensas en las corrientes de agua y la recreación de la maravillosa ciudad de París. Fuimos introduciendo muchos cambios a medida que sombreábamos. Las dificultades empezaron al tener que animar especies en las que no se había trabajado nunca. Los animadores de Pixar han creado un zoo de lo más variopinto, que va de juguetes a insectos, pasando por peces y monstruos, pero nunca habían trabajado con ratas, una especie desconocida y... casi prohibida. Las ratas suelen hacer los papeles de malos en los dibujos animados, y el mundo de la animación no se ha ocupado mucho de esta especie de los roedores. Pero en RATATOUILLE (Ra.ta.tui), los realizadores decidieron que debían abordar a estos animalitos peludos desde una perspectiva nueva, realzando sus talentos y sus cualidades y analizando todos sus formas de interactuar con el mundo. Esto iba desde la especie de latigazo que dan con la cola a los movimientos nerviosos que hacen con los bigotes, sin olvidar las increíbles formas que pueden adoptar, ya que era necesario que transmitieran simpatía y expresividad. Y dado que la mejor forma de conocer a las ratas es pasar tiempo con ellas, las oficinas de Pixar se poblaron de unos curiosos animalitos encerrados en sus jaulas.

A pesar de que llevó algo de tiempo acostumbrarse a ellas, muchos acabaron tomando cariño a estos sociables bichos, que iban a inspirar sus diseños. Brian Green, supervisor de personajes de la película afirma: “Pasamos mucho tiempo observando e intentando conocer a las ratas para luego incorporar sus comportamientos en los modelos. Eso permitió a los animadores crear personajes muy convincentes. Cuando vives con ratas, ves todos sus ademanes. Son animales muy sociables. Les gustaba jugar con nosotros y también que las acariciáramos”.

Dylan Brown, supervisor de animación continúa diciendo: “Nos gusta respetar la verdadera personalidad de los animales que se convierten en los personajes de nuestras películas. Con RATATOUILLE (Ra.ta.tui), el reto estaba en encontrar la forma de que estos pequeños seres y su mundo resultaran atractivos para el público, al igual que hicimos con los peces, que resultaron tan conmovedores en ‘Finding Nemo (Buscando a Nemo)’”.

Observar la vida de sus nuevas mascotas brindó una excelente oportunidad a Green y a su equipo. Sacaron un montón de ideas divertidas y descubrieron un mundo totalmente desconocido. “Una de las cosas más asombrosas que descubrimos fue la flexibilidad que demuestran las ratas. Una rata puede hacer todo tipo de cosas con su cuerpo: se meten en agujeros imposibles gracias a que su caja torácica es muy pequeña y flexible. Eso nos sirvió para que la historia fuera mucho más divertida. Pero al principio, tuvimos que crear programas informáticos especiales que simularan esas cualidades con el fin de que resultara lo más realista posible", explica Green.

Michael Fong, director técnico de supervisión continúa diciendo: "Conseguir que una rata sea flexible planteó un montón de dificultades. Fue un proceso largo y laborioso durante el cual los animadores y los articuladores -la gente que construye los esqueletos dentro de los personajes- realizaron pruebas que duraron meses. El objetivo era recrear las posturas más raras que pueden adoptar estos animales, haciendo que la piel, el pelo y los huesos se movieran de tal forma que pareciera creíble y expresiva”.
Una vez que los realizadores comprendieron cómo se movían las ratas en el mundo real, empezaron las elucubraciones, como por ejemplo, ¿cómo se las arreglaría una rata para coger una cuchara o una sartén?

“Necesitábamos que los personajes de las ratas pudieran moverse como los humanos e incluso cocinar como chefs humanos. Esto planteó un sinfín de problemas, sobre todo en lo que se refiere a la escala", dice Green. “Todo el mundo percibe la diferencia de escalas, incluso en algo tan simple como el latido del corazón. Cuando Remy corre se aprecia cómo su corazoncito late a toda velocidad. Por el contrario, Skinner respira de una forma totalmente diferente. Reproducir todas estas diferencias es una de las proezas de la película que nos ofrece el encuentro creíble de dos mundos”.

El sombreado también fue una de las claves. “Cada una de las ratas tiene su propia paleta de colores para que parezcan interesantes y atractivas", explica Van Valkenburg, director de sombreado artístico. Y añade: “Utilizamos el puntillismo para mezclar los diferentes colores de cada personaje. Así que si te fijas muy de cerca en el pelo de Remy, ves que es morado, amarillo y verde. Pero no es nada de eso, es sólo una bonita tonalidad de azul”. Van Valkenburg también se inspiró en los melocotones. “Quería que tuvieran un toque color melocotón en el morro y en las orejas, y también en las colas”.

Pero lo más difícil fue crear el personaje de Remy, que está a caballo entre el mundo humano y el mundo animal y que da pie a situaciones muy divertidas. Bird decidió que el resto de las ratas caminaran sobre las cuatro patas. Por el contrario, Remy aprende él solo a tenerse en pie con dos patas, con el fin de evitar un faux pas y manchar con sus zarpas sucias toda la comida! “Una de las cosas más interesantes de la película es la evolución de Remy", explica Green. “Empieza siendo "muy rata" pero a medida que se adentra en el universo de los humanos, va adoptando sus características. Fue un trabajo increíble, pero aporta mucha magia a la película. Para Brad, el meollo de la historia era la de un outsider que intenta encajar en un mundo humano”.

Hay otro aspecto de las ratas que plantearon muchos problemas a los animadores: el pelo, un material que tiene su propia dinámica y que no es fácil de imitar sobre todo cuando se trata de los movimientos de un animal. Pixar ha innovado muchísimo en el campo del pelo en “Monsters, Inc. (Monstruos S.A.)” y en “The Incredibles (Los Increíbles)”, pero en RATATOUILLE (Ra.ta.tui), el pelo volaba literalmente. “Esta vez, teníamos un montón de personajes peludos, y todo ese pelo necesita moverse al ritmo de todo lo que está pasando", dice Green. “Así que nos pusimos manos a la obra para lograr que el pelo se moviese. Fue muy difícil pero también nos sirvió para inventar un montón de trucos nuevos”.

Las ratas de verdad suelen tener medio millón de pelos. Pero eso es demasiado peludo incluso para los ordenadores actuales. Así que los realizadores se centraron en unos 30.000 pelos por rata, lo que es una cifra considerable. “Elegimos algunos pelos clave para simularlos y dejamos el resto porque de lo contrario hubiese sido imposible almacenar tantos datos", explica Christine Waggoner, supervisora de simulación. “¡De todas formas, seguíamos teniendo archivos gigantescos de pelos!”

Las ratas de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) son muy realistas, casi humanas, pero también tienen mucho de cuento de hadas, algo que se hace evidente en las escenas en las que Remy control a Linguini como si fuera su marioneta. Para los realizadores, el éxito de la película reside en que el público se enganche con una historia tan fantástica y divertida. “Los animadores trabajaron intensamente para que el mechón más pequeño del pelo de Linguini provocara un movimiento con la mano”, afirma Brad Lewis. “Es realmente divertido. Esta película tiene mucho de humor físico de la vieja escuela de Buster Keaton, en las que el público se desternillaba de risa sin que se oyera una sola palabra en la pantalla”.

4. Nueva visión de París

Seguramente, París es la cuidad más fotografiada, pintada y adorada de todo el mundo, pero RATATOUILLE (Ra.ta.tui) nos ofrece una visión totalmente nueva. La historia de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) discurre en dos lugares igualmente maravillosos de la ciudad: el mundo urbano y deslumbrante de los restaurantes y cafés por encima de las calles y el intrincado, misterioso y laborioso mundo que discurre debajo de ellas, en donde la peluda familia de Django instala su hogar. “París se ha visto de muchas formas, pero nunca antes desde la perspectiva de una rata", afirma Brad Bird. Para ofrecer esta nueva visión de la ciudad, Bird trabajó codo con codo con el diseñador de producción Harley Jessup, que tuvo que enfrentarse a una de las misiones más interesantes para cualquier profesional del diseño animado: no sólo tenía que reproducir la esencia de la Ciudad de la Luz en un mundo generado por ordenador, sino que tenía crear un paisaje que era algo más que un fondo, una especie de personaje que insufla pasión y vida en el mundo de Remy. Como era de esperar, Jessup empezó su apasionante trabajo viajando a Francia con la directora de fotografía/iluminación, Sharon Calahan. “Buscábamos sobre todo el color, las formas y las superficies", explica Jessup refiriéndose a su apasionante viaje. “Decidimos utilizar una paleta de colores que no se había usado antes. Comprendimos que París tiene ese estilo clásico que le da la piedra, salpicado con trazos de color. Vimos a una mujer por la calle con un abrigo rojo que resaltaba sobre el fondo gris y eso es lo queríamos reproducir en la película. Por esa razón la paleta de colores es más sorda que en otras películas de Pixar. Nos arriesgamos bastante ya que las películas animadas suelen rebosar color. Nosotros utilizamos el color para realzar las cosas, y estoy convencido que esa contención en el color de la mucha fuerza a la cinta”.

En lo que se refiere a las florituras, Jessup se contuvo menos. “Queríamos crear un cuento de hadas clásico y típicamente parisino", añade. “Es una ciudad que desprende mucha magia, pero hicimos que todas las agujas y las cúpulas parecieran más prominentes para acentuar su belleza”.

A pesar de que muchas de las localizaciones de la película son imaginarias, Jessup recreó fielmente algunos lugares legendarios, sobre todo el Puente Alexandre III, ese maravilloso puente con arcos sobre el Sena, donde Linguini y Remy acuerdan su muy original forma de asociarse. “Remy y Linguini están bastante deprimidos, así que Brad quería que la escena discurriera en un escenario grandioso, con el Sena y la Catedral de Notre Dame de fondo", explica Jessup. “Intentamos recrearlo con la mayor autenticidad posible”.

Incluso los famosos cielos de París sirvieron de inspiración para el departamento de diseño de producción. “Los cielos de París son muy especiales y no es de extrañar que aquí naciera el Impresionismo", añade Jessup. “La luz tiene una calidad especial; es un poco brumoso, e intentemos reproducirlo en todas las escenas que discurren en el exterior”.

Para investigar el mundo subterráneo en el que vive Remy y sus compañeros roedores, Jessup se sumergió literalmente en las entrañas de París, descendiendo a la famosa red de alcantarillado creado por el mismísmo Napoleón. “Hicimos un tour por las alcantarillas y también por las catacumbas y los túneles de piedra caliza que se utilizó para construir las famosas estructuras", recuerda Jessup. “Sin lugar a dudas fue un viaje muy extraño, ya que de día explorábamos las alcantarillas y por la noche cenábamos en los mejores restaurantes de la ciudad. Pero de eso va la película. Se supone que una rata como Remy no debe ir a los lugares a donde van los humanos, pero ahí es donde termina”.

A Jessup le pareció que las verdaderas alcantarillas eran demasiado húmedas y frías y también estrechas, así que las embelleció un poco. “Queríamos que fueran más grandiosas y más poéticas", añade, "pero al mismo tiempo no queríamos pasarnos.

Utilizamos algunas de las formas clásicas que usamos en el mundo humano que se encuentra arriba, pero un poco más áspero, cubierto de algas y musgo. También creamos los campamentos de ratas, que tiene un estilo gitano. Los trocitos de tela, las cajas de vino francés que utilizamos conforman una atmósfera cálida y muy familiar, al igual que la hoguera que les sirve para calentarse”.

La familia de Remy utiliza todo lo que encuentra a su alrededor en un derroche de ingenio e imaginación. Jessup disfrutó especialmente creando los barcos provisionales en los que escapan de la campiña francesa hasta llegar a un desagüe. “Todos los barquitos están construidos con objetos que han ido encontrando", explica Jessup. “Están hechos con regaderas y teteras, y son geniales”.

Los efectos intervinieron cuando se crearon las corrientes de agua que arrastran a las ratas a bordo de su destartalada embarcación. “Técnicamente, es muy difícil trabajar con aguas que se mueven", afirma Apurva Shah, supervisor de efectos. “Recrear el ambiente del río, la dinámica de la lluvia y el río y el éxodo de las ratas, fue una tarea realmente ardua. En los últimos años, las simulaciones de agua han avanzado mucho y ahora parecen mucho más realistas”. Para reproducir con veracidad cómo funcionan las aguas bravas, Shah y su equipo hicieron un viaje por el American River de categoría III y que se encuentra cerca de Sacramento.

El plato fuerte de Jessup consistía en diseñar el lugar en el que Remy se da cuenta por primera vez de que sus sueños pueden hacerse realidad: la cocina del Gusteau’s. “El diseño de la cocina fue cambiando a lo largo de dos daños", afirma. “Visitamos un montón de cocinas francesas de verdad y utilizamos algunas de sus características más específicas. La gran diferencia con nuestra cocina estriba en que es mucho más abierta, mientras que en la realidad las cocinas son una serie de salas pequeñas conectadas entre ellas, muy difíciles de filmar. Pero hemos mantenido zonas separadas donde se cuece, donde se fríe el pescado, donde se hace la carne, donde se prepara la comida, etc. Y para todo esto necesitábamos un espacio bastante grande”.

Ese espacio se convierte en el escenario de todo tipo de situaciones cómicas cuando Remy entra en él, lo que también supuso un desafío para los directores de fotografía de la película. A pesar de que a Remy le gusta cocinar, una cocina humana está llena de peligros que debe evitar, desde caerse dentro de los cacharros a nadar en un fregadero lleno de agua sucia.

Todo esto refuerza el sesgo de comedia física que tiene la película. Robert Anderson, director de fotografía/cámara afirma: “En muchas ocasiones las cámaras parecen tan enloquecidas como el ambiente que reina en la cocina. En algunas escenas, Remy está cocinando, absorto en su mundo, y la cámara empieza a rodar de forma fluida y ágil al compás de la música mientras prepara un plato absolutamente maravilloso. Y de repente, descubren que Remy está en la cocina y la cámara se dedica a perseguirle, mientras que la gente le tira cosas y está a punto de que le atrapen y acabe en un horno. La cámara siempre está con él, siguiendo todo lo que hace”.

En la película, el comedor del Gusteau's tiene mucho peso en el aspecto extravagante de la película. Está inspirado en algunos de los restaurantes más famosos de París como Guy Savoy, Taillevent, La Tour d’Argent y Le Train Bleu, el precioso establecimiento estilo Belle Epoque situado en la Gare de Lyon (la estación de tren), famoso tanto por su grandiosa y ecléctica decoración como por su cocina de estilo clásico.

“Nos inspiramos en varios restaurantes franceses, pero el Gusteau's es el más recargado de todos", confiesa Jessup. “Está repleto de enormes columnas doradas, frescos en el techo y gruesas tapicerías de color rojo. Es un palacio a escala y el escenario perfecto en el que el pequeño Remy intentará convertirse en un chef”.

5. La receta del éxito

Una vez dentro del Gusteau’s, Remy tiene la oportunidad de conseguir lo que lleva soñando toda su vida, aunque tenga que hacerlo disfrazado: revolucionar totalmente un menú muy soso gracias a la creatividad de sus platos. Para los realizadores, la clave de toda la historia reside en dar vida a todo ese mundo gastronómico que lo es todo para Remy, y además hacerlo de forma precisa y atractiva. Así que lo primero que hicieron fue sumergirse en mundo de la alta cocina. “La historia va mucho más allá de saber cocinar, pero comprendí que si recreaba el ambiente de una cocina de verdad, y lograba que fuera muy bonita, esto le aportaría credibilidad a la fantasía", observa Bird. El proceso empezó en París, donde la "investigación" de los realizadores consistió en comer en los mejores restaurantes, probando todo tipo de exquisiteces y echando un vistazo a las cocinas más creativas del mundo. “Nos preocupaba un poco comer tanto y tan bien en un plazo de tiempo tan corto", dice Bird riéndose. “Pero aprendimos muchas cosas divertidas que se reflejan en la película". De vuelta a casa, todo el equipo se puso el delantal y asistió a una serie de clases de concia en las que los artistas informáticos, más acostumbrados al ratón y al teclado, aprendiendo a cortar y trocear como lo hacen los profesionales. Esto era muy importante para comprender los detalles más pequeños pero imprescindibles como puede ser la forma en la que el chef coge un cuchillo, corta cebolla, remueve una sopa o se comunica con los demás en una cocina en la que reina un ritmo infernal. Las clases de cocina aportaron muchos conocimientos creativos y también algunos efectos secundarios muy graciosos. “Casi me arruino", dice riéndose Mark Walsh, supervisor de animación. “Yo era un devorador de comida congelada y de latas de atún y de repente me di cuenta que era mucho más divertido comer algo bueno”.

Mientras tanto, Brad Lewis se desplazó a Napa Valley, donde hizo un curso intensivo de dos días en uno de los mejores restaurantes de los Estados Unidos, en el que por cierto es casi imposible conseguir una mesa: el French Laundry. Allí, el famosísimo chef Thomas Keller, considerado uno de los profesionales más innovadores de la cocina, revoluciona todas las noches los platos más clásicos y más apreciados.

Cuando Keller se enteró de la historia de Remy, se quedó fascinado. “La gente creía que iba a espantar la idea de una rata en la cocina”, dice entre risas. “Muy al contrario, creo que Remy es alguien con el que es fácil identificarse. Es un outsider que triunfa, y eso es maravilloso”.

Aparte de prestar su voz al dueño de un restaurante en la película, el papel de guía en el mundo de la gastronomía fue mucho más importante para Lewis. “Brad quería saber cómo es una cocina de verdad, la energía, la dinámica y cómo la gente se mueve en una cocina – “el baile” como decimos nosotros en nuestro restaurante”, explica Keller. “Brad y su equipo también filmaron mucho material en vídeo en el French Laundry para poder estudiarlo y pasar de la realidad a la animación”.

Lewis, que la primera noche trabajó hasta la 1:30 de la mañana y volvió al día siguiente a las 5:30, afirma que mereció la pena porque comprendió lo que motivaba al personaje de Remy, un apasionado de la buena comida. “En una cocina como la del French Laundry hay muchos detalles y muchos secretos que aprender", observa Lewis. Y añade: “pero lo más importante fue descubrir que Thomas tiene la misma conexión emocional con sus platos y sus clientes que nosotros con el público que va a ver las películas de Pixar. Así que teníamos muchos más puntos en común de lo que creíamos: para ambos es esencial lo implicados que se sientan nuestros equipos en el trabajo que tienen que hacer. También descubrí que me gusta cocinar por la misma razón que la mayoría de los chefs: porque reúne a la gente”.

Pero, a pesar de todo lo que los realizadores habían visto y probado en París, en las clases de cocina y en el French Laundry, sabían que transformar en imágenes por ordenador esa maravillosa sensación que proporciona un plato de buena comida, iba a ser una tarea ardua. “Nuestra misión consistía en crear la comida más maravillosa jamás vista en una película de animación. Queríamos que el público pensara: '¡Mmmm, me gustaría meterme en la pantalla y comerme eso tan rico!'Ya es difícil crear todos esos platos en la vida real, así que no digamos en el entorno de las imágenes generadas por ordenador", afirma Michael Fong. “Así que los realizadores tuvieron que 'cocinar' una serie de procesos técnicos y creativos totalmente únicos.

Para empezar, el equipo técnico se dio cuenta de que necesitaban maquetas reales de la comida para poder estudiarla. “La única forma de recrear el aspecto que tienen los platos cuando las salsas están cociendo y el vapor humea, era cocinar de verdad los platos en una cocina de verdad y después fotografiarlos”, afirma Fong.

Aquí entra el asesor gastronómico de la casa, Michael Warch, que era un chef profesional antes de incorporarse a la industria del cine, y que también trabajó como manager de los departamentos de maquetación y de platós de RATATOUILLE (Ra.ta.tui). “Tenía que estar siempre preparado. La gente de efectos me llamaba y me decía que necesitábamos a recrear la sopa que acaba de rehacer Remy. Así que yo iba y hacía la sopa", explica Warch.

Warch trabajó durante toda la película para garantizar esa autenticidad que incluso los gourmets más snob valorarían. Esto ocurría sobre todo en la cocina de Gusteau’s.

“La idea era crear algo que resultara estilizado y divertido pero que también se pareciese lo más posible a una cocina francesa de verdad", afirma. “Necesitábamos contar con los cacharros de cobre típicamente franceses, los cuchillos franceses auténticos, la cadena de trabajo que hace que los chefs estén siempre en movimiento hasta que la comida esté emplatada con las diferentes salsas y la presentación arquitectónica. Queríamos que todos los que hubiesen estado alguna vez en la cocina de un gran restaurante dijeran: '¡Wow, lo han conseguido’!”

Cuando llegó el momento en transformar la comida en imágenes generadas por ordenador, el equipo se enfrentó a un sinfín de problemas técnicos. “Descubrimos que el grupo de simulación necesitaba ablandar mucho la comida para que se mezclase bien en el plato", dice Fong. “Eso le daba un aspecto aún más delicioso. El grupo de iluminación y modelado también añadió transparencia lo que hace que la comida sea más apetecible. Y por último, el grupo de efectos creaban el vapor y las olas de calor que salen del plato. Todo esto hacía que el plato fuera muy apetecible”.

Algunos alimentos eran más difíciles que otros. Por ejemplo, el pan, que parece algo fácil de reproducir. Pero si quieres darle ese aspecto de 'querer devorarlo', surgían un montón de dificultades. “El pan es complicado porque da una sensación de volumen", explica Fong. “No se puede pintar una superficie plana que se parezca al pan. Tiene que tener burbujas de aire que se forman cuando se cuece el pan y que le dan ese aspecto de recién hecho. La corteza tiene que tener escamas para que parezca crujiente. Así que tuvimos que contar con gente muy especializada para superar todos esos problemas".

Otro problema que tuvo que abordar el equipo de la comida fue el sinfín de líquidos que hay en un restaurante, desde salsas espesas a vino tinto. “Simular cosas como mandarinas en una salsa es algo muy complejo y puede ser una verdadera proeza", anota Fong. “Simular agua también entraña una gran dificultad. Simular un fluido viscoso que parece moverse a cámara lenta como la salsa o una decoración hecha con salsas, es muy difícil porque hay pocos simuladores que puedan reproducir su física. Y suspender cosas en este líquido es aún más difícil”. Sigue diciendo: “También necesitábamos simulaciones de fluidos especiales como la forma que se mueve un líquido dentro de una cuchara, por ejemplo, en la escena en la que Remy salva una sopa importantísima”.

La mejor prueba de que el equipo de la comida lo estaba haciendo bien fue que al verlos, a Thomas Keller se le abría el apetito. “Algunos de los platos que crearon tenían tan buen aspecto que me daban ganas de probarlos", dice Keller. “La forma en que emplataban, presentaban y sazonaban la comida era fantástica y lograron trasladar al proceso de animación ese maravilloso aspecto que tiene la buena comida”.

6. El diseño de telas

El equipo de Pixar ya era famoso por su trabajo pionero en el movimiento de los tejidos. Y para RATATOUILLE (Ra.ta.tui), crearon el "vestuario" más complejo en una película animada por ordenador. Durante mucho tiempo los tejidos fueron un gran escollo a la hora de recrearlos de forma creíble mediante imágenes generadas por ordenador. Esto se debe a que los tejidos, por naturaleza, no son estáticos y las leyes de la física -de la gravedad a la fricción- están siempre presentes de una forma u otra. Fue Pixar la que investigó las nuevas posibilidades para los tejidos con la camiseta arrugada que parece totalmente real que aparecía en “Monsters Inc. (Monstruos S.A.)” a la que siguió toda una colección de ropa retro-futurista que se pudo ver en “The Incredibles (Los Increíbles)”. RATATOUILLE (Ra.ta.tui) presenta unos tejidos más complejos con muchas capas así como maquetas de tejidos para manteles y servilletas. Al final se crearon más de 190 modelos diferentes. Christine Waggoner y su equipo, supervisora de simulación, se ocupó de la mayor parte de este trabajo que también abarcaba la simulación de pelo. “Con RATATOUILLE (Ra.ta.tui), el listón técnico está muy alto", afirma Waggoner. “Los personajes llevan más ropa y eso significa más capas y más movimiento que nunca. Tuvimos que crear toda esa ropa de chef, con chaquetillas cruzadas y botones, un delantal y un par de pantalones, y también un gorro por encima del pelo”. La ropa que más le gusta a Waggoner es la que lleva el propio Auguste Gusteau, que fue un hombre muy corpulento pero que se ha convertido en un duendecillo fantasmagórico. “Primero diseñamos la ropa para la versión real de Gusteau, luego la encogimos para convertirlo en el duendecillo que vemos en la película”, explica Waggoner.

“Pero también queríamos que su ropa fuera muy sofisticada y muy bien hecha. No hay ningún precedente en el diseño de algunas de los estilos de ropa que se ven en la película, así que fue muy interesante”.

Cosas tan sencillas que pueden parecer tan sencillas como los manteles o las servilletas, se convierten en algo terriblemente complejo en el mundo de las imágenes generadas por ordenador. “Hay que tener en cuenta un montón de detalles, por ejemplo la interacción entre las piernas del personaje y las telas que cuelgan de las mesas", añade Waggoner.

Para Waggoner, que es a la vez una artista y una programadora, lo más divertido fue ensamblar todos los elementos para tener una visión global. “Para mí, lo más difícil fue clavar el aspecto ya que a Brad le gusta que las cosas sean realistas y caricaturescas al mismo tiempo. Así que no se trataba de resolver un problema científico sobre cómo se mueven las telas y hacer números. En realidad, se trataba de un proceso mucho más sutil para que todos los elementos encajaran en la estética general de la película", afirma.

El resultado es que la ropa, junto con los sofisticados diseños, que se hace para cada personaje convierte el mundo de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) en algo mucho más creíble. “Al simular toda la ropa y las telas y reproducir las arrugas naturales y todos los movimientos se produce una sensación de realismo increíble”, dice Waggoner.

Galyn Susman, productora asociada, lo resume así: "Lo más bonito de la ropa y las telas de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) es que son tan naturales que no llaman la atención, y eso es una verdadera proeza”.

7. La fotografía

Hubiera sido más fácil abordar la historia de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) desde un punto de vista humano. Pero con era de esperar, Brad Bird escogió el camino más difícil: contar la historia a través de los ojos del roedor protagonista. Bird se inspiró en algunos clásicos del cine, incluyendo un thriller antiguo de Hollywood. “Una de las secuencias tiene cierta influencia de la 'Ventana indiscreta' de Alfred Hitchcock", afirma el director. “En esa película, Hitchcock se entromete en las vidas de los demás sirviéndose del punto de visión del apartamento de Jimmy Stewart. En nuestra película vemos un apartamento de París a través del punto de visión de una rata”. Sharon Calahan, directora de fotografía/iluminación, que ya se había encargado de este trabajo en “Finding Nemo (Buscando a Nemo)”, “Toy Story 2 (Toy Story 2. Los juguetes vuelven a la carga)” y “A Bug’s Life (Bichos. Una aventura en miniatura)”, sabía que podría lucirse en RATATOUILLE (Ra.ta.tui). “Queríamos obtener un aspecto rico, la sensación que se tiene en París, y en un gran restaurante parisino. Además queríamos que la comida tuviera un aspecto apetitoso y que todos esos pequeños personajes peludos fueran bonitos y atractivos", afirma Calahan al hablar de la tarea que le esperaba. Y continúa diciendo: "Ya tenía algunas ideas sobre la profundidad, la riqueza y la opulencia de los colores y encajaban muy bien con la historia. Y para conseguirlo había que hacer justo lo contrario que se suele hacer en iluminación, es decir añadir negro donde no hay luz. Quería sustituir eso por una superficie con más colorido, y hubo que probar muchos trucos y cortes”. A Calahan le sedujo la idea de reproducir un maravilloso día de octubre en Francia. “Cuando fuimos a París había sol, pero la luz es tan plateada y difusa que el ambiente era suave y maravilloso. Eso es lo que quería reproducir en la película", afirma “La película no está iluminada con un montón de luces de colores y tampoco tiene grandes superficies de sombras coloreadas como suele ser habitual. Lo que yo quería era rendir un homenaje al color de la ciudad”.

Cuando llegó el momento de filmar la comida, Calahan miró un montón de revistas y libros de gastronomía en busca de inspiración. “Pasé mucho tiempo estudiando cómo se fotografía la comida, intentando comprender dónde estriban las diferencias entre la buena fotografía de comida y la mala fotografía de comida”, explica. “Las diferentes posiciones de la luz solían mejorar el aspecto de la comida. Así que el problema residía en cómo hacer que la comida tuviera un aspecto más translucido y por lo tanto más creíble, o que pareciera lo bastante jugosa para ser apetecible. Y una de las cosas que aprendimos es que la luz cálida potencia el color de la comida".

Para que la comida de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) fuera lo más realista posible, Calahan utilizó las tecnologías que se habían utilizado para hacer que los peces parecieran más translucidos en “Finding Nemo (Buscando a Nemo)” y para reproducir la piel de los humanos en “The Incredibles (Los Increíbles)”.

En lo que respecta a los personajes de roedores, Calahan explica: “La clave para que los personajes tuvieran un aspecto atractivo estaba en la calidad del pelaje y en el brillo de las orejas. Tuvimos que hacer muchos experimentos para conseguir que el pelaje respondiera bien a la luz”.

La escala también planteó un gran reto. “Reproducir humanos y animales en el mismo mundo era muy difícil", añade. “La luz fue una de las claves para que estas relaciones funcionaran”. En realidad, el trabajo de Calahan se parece mucho al de los cámaras tradicionales. “Intento pensar como un pintor y conseguir que la luz lo realce todo”, dice. “El trabajo de RATATOUILLE (Ra.ta.tui) fue un verdadero reto pero la experiencia ha sido muy gratificante. Brad Bird tiene la habilidad de sacar lo mejor de cada uno”.

8. La música

Cuando llegó el momento de encontrar la música que encajase con el ritmo endiablado y con la sutileza de las emociones de RATATOUILLE (Ra.ta.tui), Brad Bird no lo dudó y llamó al compositor que había hecho un magnífico trabajo en “The Incredibles (Los Increíbles)”. Se trataba de Michael Giacchino, que creó una banda sonora con ritmos estilo jazz de percusión y metales que es tan divertida, rápida y con un aroma francés como el de la película. “A pesar de que esta película no se parece nada a 'The Incredibles (Los Increíbles)’, los registros de Michael son tan fantásticos, que sabía que era el compositor perfecto para la cinta”, afirma Bird. “Esta película es más vertiginosa que ‘The Incredibles (Los Increíbles)'. Es un recorrido romántico y divertido por París, y Michael ha hecho un gran trabajo capturando esa sensación”. El espíritu de colaboración que existe entre Brad Bird y Giacchino les incitó a encontrar un sonido muy innovador para la película. “Estos dos tipos se conocen también que saben lo que está pensando el otro", dice el productor Brad Lewis. “Brad se expresa con un lenguaje visual y Michael se expresa en un lenguaje musical, pero logran fundirlos maravillosamente bien en la película. A veces la música es sutil, a veces es más estruendosa y más cómica. Michael encuentra el estado de ánimo que corresponde a cada movimiento de la historia. Puede ser grandioso y emotivo al mismo tiempo, puede parecer muy ligero y también un poco torpe. Exactamente lo que necesitábamos en esta película”. Cuando Giacchino vio un primer montaje de RATATOUILLE (Ra.ta.tui), supo que iba a enfrentarse a uno de los retos más grandes de su vida. “Cuando vi la película, me asusté muchísimo porque sabía que tenía que la música no podía parecerse a nada de lo que había hecho antes. Tenía un estilo con el que no había trabajado antes. En realidad, tenía un montón de estilos a cuál más diverso. Así que salí del cine y me fui a ver a Brad Bird. Le dije que estaba aterrado pero dispuesto a intentarlo", recuerda el compositor.

Gracias a estas palabras, Giacchino se incorporó al proyecto, pero se dio cuenta que también tendría que darle la vuelta a su proceso de creación. “Antes de ver la película, tenía un enfoque muy práctico. Pero después de verla, se convirtió en un proceso muy emocional", explica. “Fue la escena final de la película en la que el crítico gastronómico Ego escribe su crítica la que me dio la clave de la película. Me ayudó a componer el tema principal de la película y que además se convirtió en una de las canciones de la cinta”.

Sigue diciendo: "Es una película muy alegre, pero también tiene un toque melancólico. La melancolía que aflora cuando miras atrás y piensas en todas las cosas que te hubiera gustado hacer. Quería que la música expresara esta idea. Mi objetivo principal era intentar capturar ese sentimiento. Además, también hay mucha acción y diversión, pero nunca quise que esto le hiciese sombra al verdadero mensaje de la película”.

Además del tema principal, Giacchino compuso temas para cada uno de los personajes, de forma que reflejaran sus personalidades individuales y sus deseos. “Me gusta mucho trabajar con un método temático porque es la forma de representar mejor a los personajes", afirma. “Por eso me gustan las bandas sonoras de películas como 'Star Wars (La guerra de las estrellas)’, ‘Raiders of the Lost Ark (En busca del arca perdida)’ o ‘The Adventures of Robin Hood (Las aventuras de Robin Hood) de los años treinta. Todas tienen grandes temáticas con un enfoque casi operístico. Son las bandas sonoras que más me han impactado”.

Remy, añade, tiene dos temas, así como un 'tema de amigotes' que comparte con Linguini. “Al principio, Remy tiene ese tema machacón que le sigue por todas partes, como si fueran los genes que le convierten en una rata a pesar de que quiere ser otra cosa", afirma Giacchino. “Domina en las escenas en las que corre por la casa y entre los pisos.

Pero cuando llega al tejado ve París por primera vez, surge un nuevo tema que habla de los sueños y de la esperanza. Es lo que lleva Remy dentro. El primer tema es lo que uno piensa cuando ve a Remy por primera vez, pero cuando mira Paris, ese es el verdadero Remy".

En cuanto al tema que surge entre Linguini y Remy, Giacchino declara: "El tema de amigotes sólo se oyen cuando están trabajando juntos. La primera vez que aparece es cuando Remy comprende cómo puede controlar a Linguini. Después va avanzando para convertirse en una partitura de acción heroica al final de la cinta, cuando las ratas van juntas y Linguini se desliza con sus patines. Se parece a un tema de la Segunda Guerra Mundial porque su amistad ha llegado a un punto en el que saben que la única solución es intentarlo juntos”.

Otro tema clave de la película es el de Colette, que Giacchino explica “que envuelve todo el proceso de cocinar”. Y añade: “La primera vez que se escucha es cuando Colette está enseñando a Linguini lo que tiene que hacer en la cocina y lo que necesita aprender para convertirse en un gran chef. Después va cambiando a medida que avanza la película, dependiendo de las circunstancias. Cuando Linguini tiene que hacer un plato que no está en el menú y Remy empieza a improvisar, el tema se repite pero de forma mucho más improvisada. Los temas y la música cambian constantemente con la historia”. El tema de Skinner también cambio según sus estados de ánimo. Empieza con un tema de jazz estilo francés que se vuelve cada vez más frenético y orquestal a medida que va perdiendo el control de la cocina. “El tema empieza de forma suave y ligera y termina convirtiéndose en una locura, lo mismo que le sucede al personaje", afirma riéndose Giacchino.

Al entretejer los numerosos estilos y tonos de la película, Giacchino hizo una separación musical entre los mundos de los humanos y el de los roedores. “Hay una instrumentación que he utilizado mucho para el mundo de los roedores, que incluye un gigantesco piano de pulgar que se incorpora a la orquesta un montón de pizzicato de cuerdas", dice. “A Brad le encantó el sonido del pizzicato de cuerdas para las ratas, pero una vez más, no existía ninguna regla ni consigna. Lo que encajaba en una escena con las ratas podía no encajar en la siguiente. Todo cambia constantemente”.

Pero como contraste a la locura visual que ofrece una enloquecida comedia física como RATATOUILLE (Ra.ta.tui), Giacchino quiso que su banda sonora fuera muy sutil. “En animación es fácil perseguir todos los movimientos", afirma. “Pero lo que más me gusta de la música para películas es que el más pequeño detalle puede sugerir algo especial. Así que decidí mantenerme al margen y dejar que las imágenes hablasen por sí mismas, como si fuera una película de acción”.

Con una banda sonora tan diversa, la siguiente tarea de Giacchino fue formar una orquesta única con influencias de jazz, que incluyera algunos instrumentos poco convencionales como la harmónica o el acordeón. El compositor estaba encantando de poder contratar a un buen número de grandes músicos que añadirían sus estilos en las sesiones de grabación. Por ejemplo, Tommy Morgan, uno de los intérpretes de harmónica más grandes del mundo que ha grabado más de 7.000 sesiones para discos, televisión, cine y con una carrera de más de 50 años a sus espaldas; el galardonado acordeonista de jazz Frank Marocco, considerado el acordeonista que más ha grabado en el mundo; la leyenda del bajo Abe Laboriel que ha grabado con todos los grandes del jazz que van de Ella Fitzgerald a Herbie Hancock; y el fantástico batería de jazz Harvey Mason que inició su carrera con Duke Ellington y Erroll Garner en los años sesenta y que ha sido nominado siete veces a los Premios GRAMMY® . “Reunir a algunos de los mejores músicos del mundo en una sala durante una semana era una oportunidad maravillosa", afirma Giacchino al referirse a la grabación de la banda sonora. Y la guinda del pastel de Giacchino es la canción “Le Festin”, que escribió y luego grabó con la encantadora Camille, una joven cantante francesa, que ha creado su propio estilo de canción francesa . “Tiene un sonido único y una voz muy especial. Nadie hubiera podido cantar mejor que ella esa película", señala el compositor. “La canción se basa en un viejo refrán francés que habla sobre reunir a tus amigos y a tu familia en torno a una mesa y una buena comida. Es una canción que refleja a la perfección la historia de RATATOUILLE (Ra.ta.tui)”.

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